¡ CRONICA DE TRES DIAS PASADOS POR AGUA!

Ya estoy de vuelta de mi escapada Madrileña. No se como me apaño, pero siempre me toca un tiempo asqueroso, o alguna que otra pequeño disgusto. En teoría subía para ver a Transatlantic, super grupo de Prog Rock, The Blaster y Mark Lanegan. Estos dos últimos evidentemente no pudo ser, ya que asuntos personales requerían de mi regreso antes de tiempo!
El concierto de Transatlantic no fue lo que esperaba, si he de ser sincero me defraudo un poco. Muchos que hayan asistido se echaran las manos a la cabeza. Pero a mi “tanto” me supuso demasiado! Con esto quiero decir que dos horas de cola, una hora y cuarto de espera y las tres horas de concierto mermaron un poco mi atención ante tal derroche de virtuosismo y abundancia de breaks, solos y demás clichés progresivos.



Que Portnoy es un batería excepcional esta fuera de dudas, pero su manera de aporrear su kit de batería, a demás de centrar las miradas del respetable, también cubre el sonido de sus compañeros. Ronnie Stolt fue para mí junto a Pete Trewavas los mejores de la noche. Con un dominio indiscutible de sus instrumentos tuvieron grandes momentos de lucimiento musical. En cuanto a Neil Morse, sus fans me excusaran, tendrá esa cara de no haber roto un plato, pero no tiene ni una pizca de carisma y aunque su voz es excelente, es monótona y aburrida como poco!, Su maestría al teclado es buena, pero muy lejos de astros como Keith Emerson, o Rick Wakeman.

En resumen, y siempre bajo mi punto de vista hubo grandes momentos, y eternos pasajes sonoros donde mi atención dejaba de seguir el acontecimiento. Todo esto no me impido hacerme con una espectacular edición en vinilo limitado de su primer disco. A fin de cuentas fue un buen bolo, al que le sobro una hora.
Al día siguiente fui invitado a ver a Maria De Medeiros. Fui mas impulsado por el morbo de ver aquella novia de Bruce Willis en Pulp Fiction, que por su estilo musical. Sorprendentemente fue un grato momento, sin llegar a ser memorable. Y si bien su propuesta puede llegar a ser un poco pretenciosa por parte de una persona con escaso talento musical, si que se nota sus tablas como actriz, ya que sabe rellenar perfectamente esas lagunas con su presencia escénica. Resaltar una curiosa y agradable versión de “Should I Stay, should I Go” interpretada en clave de jazz festivo que sirvió para clausurar este fin de semana Madrileño.