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lunes, 30 de abril de 2012

RECUERDOS DESDE DULUTH Y HIBBING






“Contrariamente a los rumores, me siento muy orgulloso del lugar de donde  vengo”
Bob Dylan


Hay una película que me encanta que me sirve de perfecta intro para este post. No se si la habran visto, se trata de North Country , aquí titulada En tierra de hombres”,como no, para seguir esa nefasta tradición de traducir todo de cualquier manera.
Pero volvamos a lo nuestro, en aquella película la deliciosa y bella Josey Aimes (Charlize Theron) vuelve a su pueblo natal en el norte de Minnesota. Aquí estamos situados, en uno de los estados de America, que esta situado en la región del Midwest. Un lugar de clima extremo y conocido como la "Tierra de los 10.000 lagos". Asimismo hogar de una gran comunidad artística, lo que nos lleva a  la ciudad de  Duluth, que  es una ciudad del norte situada al borde del lago superior. Y claro ya sabemos que voy hablar de Dylan, si pero de Dylan y su relación con la ciudad que le vio nacer y con Hibbing la que le vio crecer. Bob tenía siete años cuando se mudó junto a su familia a Hibbing, que estaba  a unos 100 km de distancia.
Ambas durante años no tuvieron  un idilio de amor con nuestro bardo. Se sintieron despreciadas por esa afán de Dylan por mentir y contar historias rocambolescas sobre su procedencia. Sus diferentes fabulaciones sobre ser un hijo de ninguna parte.


En la calle principal de Hibbing, las paredes del Zimmy's Bar están atiborradas de fotos del hijo predilecto de esta ciudad olvidada y arrasada por las crisis industriales. Su dueño Robert Thomas Hocking es el guía oficial del recorrido Dylaniano por la ciudad de Hibbing. La tienda donde compro su primera armónica, Crippa's apenas tuvo disco de Bob en sus estanterías, y la gente del pueblo no aprecio en absoluto esa falta de orgullo por su procedencia, por sus ciudadanos que compartieron aquellas calles, aquellos bosques y aquellos fríos inviernos.Aquella ciudad  tardo mucho en perdonarle su desdén hacia ella.


Solo a partir del que Dylan cumplió 65 años, se empezó a organizar reuniones para fans, que visitaran aquellas tierras por las que el joven trovador anduvo durante su adolescencia. Fans y ciudadanos que esperan cada año en vano la venida del mesías, que algunos rumorean que se acerca de vez en cuando. Disfrazado, camuflado entre extraños ropajes y tras oscuras gafas, disimulándose entre la multitud  para que nadie lo reconozca.
Los fans también visitan Duluth, el pueblo que vio nacer aquel niño, hijos de inmigrantes ucranianos, que se afincaron cerca de aquel lago que les recordaba el mar negro. El abuelo Zimmerman había llegado de Rusia, era un humilde zapatero. Su hijo, Abe, el padre de Bob, tuvo un ataque de polio lo que seguramente forjo en el ese carácter de hombre áspero de estilo de vida austero y formal. Seguramente Bob heredo esa naturaleza esquiva, y celosa de su intimidad.



Nació el redentor del folk bajo el nombre judío de Shabtai Zisel ben Avraham, pero se le conoció en el pueblo como Robert Allen Zimmerman. Nosotros apóstoles y fervientes de su doctrina le conocemos como Bob Dylan, ya su nombre suena a música.
En Duluth un fan adinerado se permitió comprar la casa que le vio nacer por E-Bay, por la suma de 85 mil dólares, por cierto la casa de Hibbing sigue a la venta por un millón de dólares. Los fieles acuden a diario para recorrer igualmente las calles de la ciudad que le vio nacer, poca cosa se encuentra allí. Un callejón sin salida llamado Dylan's Way donde una vez toco Buddy Holly, y un joven Zimmerman vio la luz. La ciudad de Duluth perdió su esplendor también hace tiempo, como tantas urbes que han visto como los tiempos de bonanza se esfumaban año tras año. 




Aquí poco rastro Dylanita si no es por  algunos míseros guiños al genio en algunas vitrinas, el resto hay poco hay si no recorrer sus verdes bosques. Queda el gozo y el respeto de visitar la tumba de sus padres a la salida de la ciudad y observar como las piedras encima de la tumba atestiguan la visita de los familiares y allegados. Al colocar aquellas piedras, aceptamos la eternidad del alma, la adhesión al eterno, como lo será la música del judío errante que nació en estas frías tierras del norte. Pero volvamos a Hibbing que fue el pulmón de acero de América durante las dos guerras mundiales, ahora se oxida en su propia nostalgia.


Ya en “Tarantula” Bob se lamentaba que la única salida posible en aquel pueblo era ser minero y rehusaba morir de una manera tan banal y prefirió seguir el curso del río para escapar a las astillas de acero y al polvo rojo.
A Dylan en su juventud no le falto de nada, tuvo casi de todo hasta una Harley Davidson con la que recorría la provincia junto a Leroy Hoikkala que fue el batería de su primer grupo. Aquella banda que  ensordeció a los profesores en la fiesta del instituto. Aquel teatro del Hibbing High School que le vio subir por primera vez sobre un escenario, sigue siendo un lugar de peregrinación.
 Hibbing tambien vio nacer también al primer amor del joven Dylan, aquella risueña Bonnie Beecher que Dylan recordó con algo de nostalgia en “Girl From The North Country Girl”. Aquella dulce chica que se convirtió en actriz  y cantaba hipotéticamente el tema  "Come Wander With Me", compuesto por Jeff Alexander.Duluth tiene otros hijos predilectos aunque de otro calibre, pero con una gran emotividad interior como es la música de Low, compuesto por Alan Sparhawk y Mimi Parker, los dos alma máter del grupo, y que son marido y mujer.


Dylan ama aquella tierra del norte y aunque nunca se lo haya dicho a sus ciudadanos, si que lo ha transmitido  a partir de sus composiciones. Tanto los bellos recuerdos que acunaron dulcemente su mente, como los de color a hollín que entubaron muchas tardes y le hicieron escapar en ruta hacia la gloria, como tan bien dijo su mentor y guía espiritual.



En 1959 se apuntó a la facultad de artes de la universidad de Minnesota. Durante los tres semestres que pasó allí comenzó a actuar en solitario tocando la guitarra y la armónica, en la cafetería de la universidad, la Ten O'Clock Scholar. En aquel momento decidio convertirse en BOB DYLAN.




10 comentarios:

babelain dijo...

Muy interesante el artículo. Todo lo de Dylan es interesante para mi. Lástima que mi inglés sea tan malo malísimo que no me entero de na jejeje. El vídeo de L. Helm es muy entrañable; está en su salsa; da gusto verlo y oírlo tan natural.

Saludossssssssssssssssss

ROCKLAND dijo...

Tremendo post, master!

Me encantaría ir a esos dos lugares pero lo veo como muy difícil. Nos conformaremso con tu sensacional artículo.

saludos.

Redacció dijo...

Impresionante. Me encanta, sobretodo ese transfondo de redención entre Dylan y su pueblo. Espero algún día poder estar orgullosos del mío, serán cosas de la edad. Maravilloso texto. Saludos Tsi

Ginebra dijo...

Dylan y Cash juntos, ¡perfecto, bonita canción!.
Interesante narración sobre el músico y el pueblo en el que vivió durante un tiempo, del que escapó porque no se acostumbraba y al que, de alguna forma, amó.

Jorge García dijo...

Post perfecto y como siempre interesantísimo, el gran Dylan, nunca nos cansa nada de el.
Un fuerte abrazo TSI.
P.D.: ¿Que ha pasado con Four Strong Winds and Seven Seas?

Mr. Thunderstruck dijo...

Me ha encantado el post, muy interesante y con ganas de descubrir in situ todos esos lugares. Saludos!!!

gonzalo dijo...

y el blog de 4strongwinds... ? Lo han borrado ?

TSI-NA-PAH dijo...

El blog de four strong winds and seven seas se lo han cepillado, he protestado y estoy a la espera!
Gracias a todos

Boris dijo...

Me acabo de enterar de lo de Four Strong Winds and Seven Seas, una autentica injusticia. De todas formas estoy seguro que solucionara porque no hay ningún motivo para eliminarlo, no incumplía ninguna norma

Juanjo Mestre dijo...

Desconocía muchos detalles de esta bonita historia de Dylan en su relación con los lugares en que creció. Gran post. Por cierto, tu otro blog ya está en funcionamiento, al menos yo acabo de entrar. Un abrazo.

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