
"El único genio matemático de la guitarra que no ofende mis nervios intestinales con su sonido"
Bob Dylan

Hijo de padre judío y madre mohawk, Jaime Robert Klegerman, mas conocido como Robbie Robertson fue miembro de los fabulosos The Band.
En 1994 lnzo el que fue su tercer trabajo en solitario. Un disco titulado “Music for The Native Americans”, un disco donde comparte protagonismo con amigos como Rita Coolidge, Pura Fe y Kashtin, ambos igualmente de sangre India , que les otorga el impulso creativo.
Siendo un gran apasionado de los indios norte americanos, este disco me gusto desde el primer instante. Robbie lo graba para apoyar la narración y las imágenes del un documental sobre sus antepasados. Una película sobre los verdaderos americanos, producida por “Turner Network Television”. Sonidos tradicionales, cantos tribales y una instrumentación muy atmosférica, hacen de este disco algo único en su carrera y un disco no apto para todos.
Un trabajo hermoso, muy espiritual, con un sabor autentico y ensoñador. "Coyote Dance", "Ancestor Song" , "Twisted Hair" te transportan a otro mundo, simplemente los títulos de los temas, ya te regalan un viaje a las llanuras solitarias a lomo de un “bronco”! "Mahk Jchi", "Cherokee Morning Song" y "Akua Tuta" son canciones tradicionales indígenas con ritmos mas modernos, pero sin caer en la vulgaridad. Las composiciones de Robertson son las mejores a mi gusto, y o "Ghost Dance", "It is a Good Day to Die" y "Skinwalker", siempre me ha fascinado , con esa aura fantasmal, cierro los ojos y me imagino estar en “Los Montes de la superstición” con algún viejo brujo atiborrado de peyote. El conjunto del disco es una obra dulce y mágica. Un disco para entrar en paz, casi se le podría poner la etiqueta de “World Music”, aunque Robertson hace rugir su guitarra, con su personal estilo en cortes como "The Vanishing Breed". Lo dicho, un disco leno de paz, perfecto para tiempos de guerra.
Asimismo aconsejo la lectura del completo libreto que acompaña el disco, y de la visión del documental.
En 2000, David Geffen y Mo Ostin convencieron a Robertson para unirse a DreamWorks Records como productor ejecutivo y de todos creo que es conocido por sus trabajos como productor musical en películas como: “El rey de la comedia”, “El color del dinero” y “Phenomenon”, por poner algunos ejemplos.