Desmpolvando Viejos Vinilos:Steve Forbert:The American In Me

La reseña del Playlist de la carretera es porque he salido de la ciudad unos días para dirigirme hacia el mar. Unos días para descansar y reflexionar, en un lugar donde es mas duro publicar un post o escribir algún comentario, intentare hacerlo cuando me sea posible pillar algún ordenador, como esta mañana.
Anoche pase delante de un bar que ya no era el que fue y me vino a la memoria cuando hace casi 20 años entre en ese sitio una primavera a tomar unas cervezas y sonaba un cantante que me cautivo al instante. Tras entablar conversación y bastantes cervezas después, la amistad surgió con el barman que me regalo aquella cinta Basf de 90 minutos que había sonado durante aquella tarde.
Descubrí entre muchos artistas uno que me marco de inmediato, una voz curiosa, personal y autentica, lamentablemente la de un perdedor en el mundo del rock, un tipo que podría codearse con los grandes pero que el mundo paso de él.
Steve Forbert nacido en Mississippi el 13 de diciembre de 1955 es el típico songwriter que la América profunda forja y deja a su suerte. Forbert tuvo su pequeño momento de gloria con Romeo’s Tune un tema escrito en memoria de Florence Ballard una de las cantantes de las Supremes. Siempre comparado y llamado a ser el nuevo Dylan sobre todo por su tono de voz que serpentea entre las rocas y resbala sobre el fango del Delta del Mississippi.
Steve grabó mayoritariamente sus discos en Nashville. Jackrabbit Slim fue el disco que pareció llevarle a la primera división, de estilo sobrio y depurado siempre ha sabido entregar en obras de lúcida escritura y sugestiva escucha.
Recuerdo que el primer disco que compre tras la cinta, fue The American In Me, desde la portada ya me transporto a las llanuras de las Black Hills con ”Born To Late”, tema al que Petty le hubiese gustado componer. En “You Can not Win’Em All” recuerda a otro bardo injustamente olvidado Elliott Murphy. Le siguen “Baby, Don't - Change In The Weather,- If You're Waiting On Me son canciones que entrelazan melancolía con alegría y donde Forbert es el olvidado juglar eternamente de gira, lejos de dulce hogar semejante a su ídolo el viejo Zimmerman.
Acaba de publicar un enésimo disco “The Place and The Time” donde aparece su eterna cara de buen hombre que nunca ha roto un plato. Un disco que no revolucionara el panorama y que pasara inadvertido como todos… ¡Parece que la gente no quiere soñar!
Escuchen, cierren los ojos, ya están en América.
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